Por Claudio Venchiarutti, Secretario General del Partido Celeste Provida

El Vice-Primer Ministro Húngaro, Zsolt Semjén, ha presentado un proyecto de ley que incluye una modificación de la normativa correspondiente al registro civil. La modificación consiste en anular la posibilidad de cambiar el género en los archivos registrales. El fundamento general de la propuesta es que el concepto de género actualmente no está incluido en la legislación, dado que la definición de género se basa en motivos biológicos.

El proyecto de ley reza:

El concepto de género no se incluye actualmente en la legislación, dado que su definición se basa en razones biológicas. Se puede determinar en función de los caracteres sexuales primarios o de los cromosomas. El género asignado en el registro se basa en los hechos declarados por los médicos para su anotación registral. A menos que se demuestre lo contrario, el registro certifica los hechos así declarados, aunque en principio no tiene ningún efecto legal.

Sin embargo, existen derechos y obligaciones que pueden surgir en función del género declarado en el registro y, por lo tanto, es necesario definir el concepto de género al nacer. Dado que no es posible cambiar completamente el género biológico, es necesario indicar en la legislación que tampoco es posible cambiarlo en el registro.

Como consecuencia de ello, en un intento más por parte de la Unión Europea, de meterse en las decisiones atinentes a una nación en el ejercicio de su soberanía, un grupo minúsculo de 63 eurodiputados (menos del 10% de sus miembros) ha dirigido una Carta al Gobierno Húngaro, en la que solicitan que dé marcha atrás en su proyecto de, según ellos: “negar el reconocimiento legal de la identidad de género de las personas trans y de las personas intersexuales.” 

El Parlamento Europeo incluyó en su resolución de este viernes 17 de abril en la que demanda una «acción coordinada de la Unión Europea para luchar contra la pandemia de COVID-19 y sus consecuencias», un punto (el 48) en el que entre otras cuestiones «rechaza enérgicamente toda tentativa de retroceder en lo relativo a la salud y los derechos sexuales y reproductivos y los derechos de las personas LGBTI y, en este contexto, condena las tentativas de penalizar más severamente la asistencia en caso de aborto, estigmatizar a las personas seropositivas por HIV y reducir el acceso de los jóvenes a la educación sexual en Polonia, así como los ataques a los derechos de las personas transgénero e intersexuales en Hungría». Un rechazo que se agradece, pero que por el momento no tiene más valor que el meramente declarativo.

Como se puede ver, lo importante para estos organismos siempre es el aborto y la ideología de género, incluso en momentos de crisis como la pandemia que vive el mundo. Tales disposiciones sólo pueden ser acatadas por gobiernos débiles y serviles como el nuestro que ya ha declarado como “esencial” el aborto durante la pandemia, cuando hay mujeres embarazadas que no pueden tratarse en distintos lugares.

Resulta interesante remarcar que la carta está firmada sólo por 63 diputados en el Parlamento Europeo, menos de un 10% de sus miembros y cuatro de ellos son españoles: se trata de los socialistas Juan Fernando López Aguilar y Mónica Silvana González (del grupo Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas), el diputado de Catalunya en Comú Ernest Urtasun (grupo Verdes/Alianza Libre Europea) y el diputado de Junts per Catalunya Antoni Comín (no inscrito).

Cabe destacar que el Parlamento Europeo aprueba regularmente resoluciones y leyes que pretenden imponer una nueva moral en la esfera de la sexualidad y la familia. El Parlamento Europeo no tiene competencia en las cuestiones sobre los derechos de los LGBT, como así tampoco los tiene sobre el Matrimonio, La familia, el aborto, la educación sexual, todas estas cosas dependen de las legislaciones nacionales. Las resoluciones del Parlamento Europeo no son jurídicamente vinculantes, no obstante ello, constantemente emite resoluciones sobre estos temas, a fin de cambiar las actitudes públicas, sabiendo que los medios saldrán a dar el mensaje a todos los rincones del mundo. Quien se resista a la legislación es tildado de “homofóbico” y declarado como “un enemigo de los derechos humanos.” Tal es la forma que tiene la Unión Europea, de ejercer el control de lo que no le compete, sobre las decisiones soberanas de las naciones que la componen. 

Recordemos al ex disidente soviético Vladimir Bukovsky, que ya había advertido en una conferencia que pronunció en Bruselas en el año 2006, expuso lo que vió como las «raíces soviéticas de la integración europea». Y advirtió los paralelismos entre la formación de la Unión Soviética y la Unión Europea. “Es incomprensible para mi, que habiendo enterrado un monstruo, La Unión Soviética, otro sorprendentemente similar, la Unión Europea, está siendo construido”  advirtiendo desde entonces sobre un nuevo totalitarismo.

Lejos han quedado las prescripciones del primer documento mundial sobre los Derechos Humanos, la «Declaración Universal de los Derechos de las Naciones Unidas» donde se establecía: la protección de la dignidad de las personas, del Matrimonio entre un hombre y una mujer y de la Familia (Art. 16). Es nuestro deber llevar a nuestra nación a esas raíces donde primaban los valores y los derechos, no el relativismo y la ideología. Felicitamos al Gobierno de Hungría por su gran valor. 

FUENTES: Proyecto de Ley Húngara (Pag. 10 Sección 33)

https://www.partidoceleste.org/piden-renuncia-director-abortista-oms/